La envidia aparece en nuestras vidas desde que somos niños; sin embargo es algo con lo que tenemos que luchar y debemos erradicar para poder enfocarnos en lo que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros.
Revisemos nuestras vidas, no nos comparemos con nadie, alegrémonos por los triunfos y las bendiciones de las personas que nos rodean, permitamos que la paz del Señor habite en nuestros corazones!